[[cms:company-name]] - puertas automáticas



  1. Abrir la puerta sólo lo necesario. A los motores se le puede programar para que cuando realices una segunda pulsación en el mando se pare, por lo que una vez ya puedas pasar debes detener el motor y volver a cerrar. Estarás reduciendo en más de un 50% el recorrido de la puerta con el consiguiente ahorro de energía.

  2. Instalar un automatismo acorde a la puerta. No porque el motor sea de mayor envergadura te va a dar el mejor resultado. Aparte de suponer un gasto innecesario en el precio del motor, estarás incrementando tu consumo de energía ya que, por norma general, estos motores duplican su consumo al de los motores residenciales. Siempre es recomendable poner un motor que supere el peso normal de la puerta porque en el futuro esta no ira tan suave por falta de engrase, barro en las guías o cualquier otra circunstancia, pero con usar un motor que duplique el peso de la puerta es más que suficiente.

  3. Aumentar el tiempo de espera en el cierre automático. En el caso de comunidades de vecinos, es recomendable aumentar el tiempo que la puerta se encuentra detenida antes de empezar a cerrar. Si al motor le programamos un tiempo de espera más amplio, seguramente en estas horas por cada apertura saldrá más de un vehículo, con el consiguiente ahorro de maniobras del motor. Esto no solo beneficia el ahorro energético, sino da mucho más tiempo de vida al sistema de automatismo.

  4. Mantener la puerta en óptimas condiciones. Lógicamente, cuanto más suave funcione nuestra puerta automática, menos fuerza necesitará el motor para abrirla y cerrarla, lo que nos lleva a una reducción en el consumo. Por lo tanto, deberemos tenerla siempre a punto con una pequeña revisión periódica de sus componentes. Estas pequeñas revisiones tales como engrasado de bisagras y rodillos o limpieza de guías puede realizarlas el mismo usuario, y así conseguiremos un ahorro en la factura y además alargaremos la vida del motor.









*Fuente: Toy Sistemas